18 de octubre de 2010

Chile: Viña del Mar y Valparaíso en un día

Una casa con algunos daños en la pared
Un paseo imperdible si estás de visita en Santiago es ir a Valparaíso y/o Viña del Mar. Para este día, el sábado, también tomamos un plan turístico que nos llevara de recorrido por las dos ciudades. Ésta vez, no lo recomiendo para nada. La empresa se llamaba TurisTour, y la verdad es que el guía era regular, o mejor dicho huesero, no hablaba ni inglés ni español, pero era chistoso escucharlo 'traduciendo', no te dejaban libertad para caminar, para tomar fotos, para explorar, estabas siempre metido dentro del bus. Desconozco cómo serán el resto de compañías, pero ésta no me gustó para nada, y ya bastantes paseos turísticos por ciudades he tenido.

La parte positiva, al menos, se las contaré. Salimos temprano en la mañana para comenzar el recorrido. El transporte era uno de esos grandes buses intermunicipales. Salimos de Santiago y llegamos a Viña del Mar en aproximadamente una hora. Yo iba dormida en el camino por la noche anterior, pero de vez en cuando abría los ojos para ver la ruta y las montañas.

Viña me pareció linda, pero es de esas ciudades pensadas para el turismo, no tiene mucha historia, ni mucha gracia. Supongo que estará bueno en pleno verano ir unos días a broncearse al mar y debe tener vida nocturna de ciudad costera, pero por lo que sentí, no es más que eso. Está bien construida, las calles son transitables, hay rutas principales amplias y hay edificios lujosos que deben lucirse en alta temporada. Habían varios daños a causa del terremoto de febrero.


¡Y pensar que se ve inmenso!
Conocí la Quinta Vergara, el lugar donde está la concha acústica donde se hace el Festival de la Canción de Viña del Mar, el Anfiteatro La Quinta Vergara. Fue divertido comparar el imaginario del lugar con lo que es. Al menos en las transmisiones se ve grandísimo, y en vivo, no tanto. Me dicen por aquí que cuando está lleno se ve más grande. Despúes fuimos a almorzar a un restaurante llamado El Castillo, al lado de la ruta y frente al mar. Muy lindo, pero en la sopita de pollo y el arroz blanco que me comí me gasté 20 dólares. Aclaro que ahí nos llevó el mismo tour y no había nada a ningún lado como opción gastronómica. Hay un Reloj hecho de Flores construido en el '69 a propósito de ser la sede del mundial de fútbol, en el que no pudimos parar, pero al menos lo vimos.

Después llegamos hasta Reñaka, otra localidad en la costa donde me tomé esta foto. Una vez más mi concepto de playa quedó desvalorizado. ¡Aquí hacía frío! Acepto que es octubre y el verano no termina de llegar.

Reñaka

Por último, en el recorrido fuimos a Valparaíso. Esta sí que me encantó. Es una ciudad de puerto construida sobre las montañas. La arquitectura se adapta a la forma, las casas son coloridas, hay ambiente de pueblo que creció y desde la altura se puede ver cómo bordea al mar. Hay dibujos en las paredes, en las esquinas, en las casas. Aquí nos detuvimos porque el tour llevaba a la casa de Neruda 'La Sebastiana', pero a esta no entré para aprovechar el rato libre y recorrer un poco las calles.

Una vista de Valparaíso

Entramos a varios almacenes de artesanías locales. Todos lindos y con características únicas. Entramos a uno en especial llamado Arte en Ruta en el barrio Bellavista donde había una chica, Carolina, tejiendo con su telar. Me sentí como en un documental de Travel & Living. Se dejó tomar una foto, ahí va:

Carolina
Pronto fue la hora de volver al bus para finalizar el día. Con un poco de descontento volvimos al lugar de encuentro, no sin antes pasar por una tienda de esquina y tomar una cerveza en el parque donde estaban las esculturas de Neruda, Gabriela Mistral y... otro (oops). Ahí alcancé a ver una señora espiando a los turistas por su ventana, tal cual a la del dibujo en la casa de al lado.

¿Quién espía a quién?
Se acabó el recorrido de sábado. Nos llevaron a casa a descansar, pero como buenos viajeros, una ducha rápida y a arreglarnos para salir. Una noche en el restaurante colombiano Macondo en el barrio de Provincia prometía diversión. Ana María, mi amiga anfitriona, estaba de cumpleaños y había que celebrarlo en grande. Globos, excelente comida, buenos amigos y mucha diversión fueron los ingredientes principales de la noche. A las seis de la mañana fue hora de cerrar los ojos... y todavía queda un día más.

Más fotos en mi PhotoStream de Flickr.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanto la frescuray como siempre quieriendo hacer más de lo que el tiempo te da eso percibi, , las fotos me encantan, lastima que sentias frio estando en la orilla de la playa. miles de besos y quiero que sepas que amo a mi escritora.

Anónimo dijo...

ANTERIOR COMENTARIO DE PARTE DE : SILVIA RIQUETH

Joanna Riquett dijo...

Hola Sil! gracias por esas lindas palabras, me dejaron muy feliz! :)

Anónimo dijo...

no soy fanatica de leer, pero leyendote siempre me quedo pegada hasta el final! me encantan tus relatos tan naturales! :D

Anónimo dijo...

hola ameno tu relato y entretenido , solo por precisar el reloj fue para el mundial del 62' y la playa se llama reñaca. saludos..

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