28 de febrero de 2011

Los recuerdos de la casa

Cuando recién nos mudamos a esta nueva casa, Anna encontró bajo mi cama una foto antigua de una pareja que podría ser Hindú. No sabemos quiénes son, de dónde vienen o cómo llegó esa foto ahí, pero me gustó tanto que ahora la exhibimos en un marco en el living de la casa, y todo el mundo cree que son familia mía.

Otro día, cuando regresamos de vacaciones, encontré sobre la mesa un anillo -feo además - que no era de ninguna. Habían estado haciendo arreglos en la casa, así que no me extraña que alguien lo haya olvidado. En todo caso, ahora hace parte del marco de la foto anterior.

Ellos, los que parecen mis familiares.

El viernes por la noche, estaba sola en casa preparándome para salir. Buscaba unos papeles que necesitaba y no lograba encontrar en ninguna parte. Metí la mano bajo una mesita que tengo junto a mi cama y que ya había movido antes de lugar. Apareció una nueva foto. Una extraña ésta vez. No parecen familia de la pareja hindú anterior, y la actitud de los personajes de la foto me asusta un poco. No sé si a ésta le pondré un marco, pero sin duda es un buen motivo para pensar de quiénes serán estos recuerdos olvidados en los rincones de una vieja casa.

¿Quiénes serán ellos? ¿Qué hizo él para que ella no quisiera sonreír? ¿Qué la tiene a ella tan aburrida? ¿Dónde es el escenario? ¿pueden ser los noventas? ¿A quién le sonríe él? ¿Qué hace una foto como esta impresa? ¿Es una niña, adolescente o adulta?... ¡cuántas preguntas! ¿comenzamos la historia...? Esta casa tiene sus propios recuerdos... qué susto seguir descubriendo!

Estos, los que asustan.

24 de febrero de 2011

Las frutas de estación

En el verano, me encanta que las verdulerías dejan de vender sólo lechugas, peras y manzanas, y adornan sus estantes con muchas frutas de estación. Los colores son hermosos y da gusto acercarse a comprar 1 durazno, 3 ciruelas, 3 kiwis, 2 naranjas, 2 bananas, y poco de muchas más, porque si no se dañan en la nevera. Eso sí, no espere encontrar curuba, mora, ciruela verde, maracuyá (sólo en el barrio chino), corozo, guanábana, guayaba, tomate de árbol, uchuva, granadilla o lulo (mi favorito). Y si alguien las ve en la foto, pues que me avise de una vez!

23 de febrero de 2011

La cuadra china

Muchas de las grandes ciudades tienen barrios chinos. En Colombia no hay. No al menos que yo sepa. Los chinos no van a Colombia, pero no le digan a nadie porque luego nos invaden. Tener un Barrio Chino en Buenos Aires, aunque sea una cuadra, porque no es un gran barrio de verdad (aunque ahí se concentran la mayor cantidad de asiáticos), es una buena cualidad de la ciudad. Lo mejor de todo es que se consiguen plátanos verdes, juego de mora y maracuyá! Increíble, pero cierto. ¡Anotación número 6 de cosas positivas de la ciudad!

Este es el famoso portal de la entrada

22 de febrero de 2011

Encontrar recuerdos dentro de los libros

Bueno, esto no es precisamente una cualidad de Buenos Aires, pero sucedió aquí y me gustó el episodio. Resulta que hace un año atrás, un sábado de noviembre, estaba en Nueva Zelanda con mis amigos Steph, Florent, Marianne y Kishan. Era mi noche de despedida, porque al día siguiente viajaba de regreso a Buenos Aires (snif), así que fuimos a un bar belga y tomamos unas Stella Artoise, como debe ser. De repente, usamos los porta-vasos de cerveza de las mesas para escribirnos mensajes, y yo no recordaba dónde había puesto los míos. Anna - mi actual roomie- agarró un día Outliers (el libro), y cuando lo vi en la mesa, lo abrí para ver mis anotaciones y ¡sorpresa! me encontré con uno de los mensajes que me escribió Steph (a ella la llamábamos Stella porque es de Bélgica). Qué lindo momento fue leerlo otra vez y acordarme de ese instante de mi vida. Muchos recuerdos y poco espacio en la memoria. Hay que atraparlos en cuanto lleguen.



El mensaje dice: Joa, I will really really miss you. Be Stay always yourself because you have a wonderful personality. Enjoy your life as much as possible, and make the best of it. See you later somewhere on this planet. Steph xxxx

... and another year has gone by.

14 de febrero de 2011

Encontrar un Arca de Noé

Vas caminando por una calle cualquiera de la ciudad, cuando de repente, de la nada, aparece una casa en el camino con leones, jirafas, caballos, pastores, cebras, camellos, rinocerontes, unicornios y hasta una estatua de la libertad. ¿Quién es el fumado que exhibe todo eso en el techo de su casa? Por ahí es sólo escenografía olvidada. Me gusta pensar que alguien colecciona las esculturas, como coleccionar álbumes de figuritas, y luego las ubica cuidadosamente para que cada una tenga una vista de la ciudad. Otro detalle un poco freak de lo que me gusta de Buenos Aires.

Foto tomada desde un iPhone en el barrio Villa Crespo

La cena del vecino

Todos los días, alrededor de las nueve de la noche, él sirve la mesa. Con una pantaloneta negra, camiseta estilo ‘estar en casa’ y descalzo, va preparando cada detalle.

La mesa tiene seis puestos, pero él sólo sirve dos. Tal vez sus hijos no viven más ahí, o tal vez nunca llegan a tiempo para la cena. Primero trae dos copas de agua, supongo que desde una alacena. Las coloca en el puesto de la esquina y el de su lado izquierdo. Trae una botella de agua y sirve una de las copas. Pone los individuales en ambos puestos y va a la cocina. Regresa con otra botella de agua que parece estar fría y sirve otra de las copas. Él sabe cómo le gusta a ella tomar el agua. Coloca una panera en el centro de la mesa y abre la bolsa para que el pan tajado quede al alcance. Trae dos controles remotos y los acomoda junto a su puesto, alineados para que no se vean desordenados. De ella no hay señal todavía.

Saca dos platos color verde, dos juegos de cubierto (tenedor y cuchillo), rasga servilletas de cocina y las pisa con los platos que acaba de ubicar en la mesa. Cuando termina de acomodar las cosas, se detiene unos instantes a observar si está todo listo: platos, vasos, cubiertos, servilletas, controles, pan y agua. Parece que sí. Abandona la habitación por unos instantes.

El gato asoma su cabeza por la ventana. A lo mejor se dio cuenta que yo estaba espiando. Mira fijamente hacia la mía hasta que me encuentra. Muevo mi mano saludándolo y trato de separarla de mi cara, para ver qué es lo que mira, pero sus ojos no se mueven en el sentido de mi mano, sigue mirando directo a mis ojos. ¡Ay gato, no me asustes!

Ella aparece en escena. Atraviesa la habitación y constata que está todo en orden. Lleva un vestido negro y unas sandalias ‘tres puntá’. Regresa a la cocina. El gato sigue mirándome. No se movió mientras ella estuvo ahí. Su cabecita se ve a través de las macetas que tienen en el balcón. Desde aquí, las plantas parecen de mentira o, más bien, hongos de lechuga. Ella vuelve y llama al señor con gestos. Nunca puedo ver sus cabezas. Ella sirve algo en el plato, él se sienta y prende la televisión. Ella vuelve a la cocina. Él empieza a comer sin esperarla. Un bocado y mira la tele. Mastica con calma, no tiene prisa. El plato de ella está sin servir todavía. Él sigue su ritmo. La persiana de la ventana no me deja ver hacia dónde miran sus ojos, así que no sé cuál es la posición de la tele. No sé si su cabello es negro o es blanco, pero por su forma de sentarse y las arrugas en la piel indican que es gris. El de ella, que volvió a la habitación, es marrón oscuro. Se sienta en la mesa, toma un poco de agua y comienza a comer. Él ya está por terminar, su plato va quedando más vacío mientras cambia de canal. El gato dejó de mirarme, algo lo distrajo más arriba. No se hablan. Ella lo mira y prueba otro bocado. Mastica mientras ve la televisión. Él termina de comer. Empuja el plato un poco adentro de la mesa, apoya los codos y cruza los brazos. Ahora espera a que ella termine.

El gato se fue, no sé a dónde. Anna, mi amiga, me habla de este lado. Me distraigo unos minutos con ella. Saludo a su novio que acaba de llegar y llevo mis platos a la cocina. Regreso a ver en qué están mis vecinos, pero ya se habían levantado. Sólo quedaban los platos sucios sobre la mesa.

11 de febrero de 2011

¡Los helados de Buenos Aires!

Foto deliciosamente ilustrativa. ¡Ay mamá!
Me encantan, me encantan, me encantan. No puedo vivir una semana sin comer aunque sea uno. Verano, invierno, otoño, cualquier estación, clima o situación es magnífica para comer helados. Sabores preferidos: maracuyá, chocolate suizo, dulce de leche (si viene con trocitos de algo, mejor), limón, crema tramontana, nocciola, casi todos menos sambayón.

En esta ciudad son absolutamente DELICIOSOS. En especial, hay una heladería que queda en Belgrano (Sucre y Cabildo) llamada La Gruta. La atención es excelente (no muy común acá), los helados son riquísimos, y los señores que atienden se preocupan por que te lleves un helado campeón: con acompañamientos adicionales, si los tiene. Sí, sí, en este punto Barranquilla no va a tener el nivel heladístico de Buenos Aires.

Este es un gran detalle que me gusta de esta ciudad, y el número 5 de la lista!

10 de febrero de 2011

Los graffitis por las calles

Algunos espacios, muros, calles y paredes de la ciudad están decorados con arte urbano. Los graffitis están por todos lados y cuando menos lo esperas, por la ventanilla del colectivo ves pasar increíbles dibujos en casas de barrio cualquiera. Hay sectores, como Colegiales y Palermo, que agrupan la mayoría de las obras callejeras en capital. Sin embargo, casi en cualquier barrio (por los que he pasado) se podrá apreciar algo de la muestra. Este de abajo es de un bar en Palermo que se llama Post en donde estaba tomando cervezas con el Juli, un amigo colombiano (el mismo del viaje a Chile!!). Sólo nos quedamos en ese bar porque nos gustó que la pared estaba así toda pintada, y después notamos que la música también tenía mucha onda. Detalle que me gusta de Buenos Aires número 4!

9 de febrero de 2011

¡Trabajar con 'freaks'!

Si algo me encanta de mi trabajo son mis compañeros. Cada día tenemos una tarea de sacar la foto del día y publicarla en el Flickr de la empresa: Lanzallamas, pero la verdad es que sólo lo hacemos cuando tenemos tiempo, creatividad y disposición. Complicado. Ayer hicimos otra foto del día y aquí están Nicolás y Félix armando la escena de dramatización. (Para ver el resultado entra en el enlace que puse ahí arriba) Además, llego todos los días a una casa de colores que también tiene mascotas (una tortuga que me persigue siempre) y una tele para almorzar al medio día. Es como una familia un poco disfuncional.

8 de febrero de 2011

Mi colección de monedas del Bicentenario

Para festejar el bicentenario, en Argentina sacaron una colección de 5 monedas de lugares distintos del país. Hoy terminé de coleccionar las mías gracias a un vuelto que me dieron en la panadería donde almorzamos todos los berraccos días. Así que esa es otra cosa que me gusta: tener mi colección completas de las monedas del Bicentenario y haber ido a la Aconcagua y a Mar del Plata!!

7 de febrero de 2011

Vivir en una casa con techo alto

Una de las cosas que me gusta de esta ciudad es poder vivir todavía en una casa de techos altos, tirarme en mi sofá a trabajar o estudiar viendo televisión, tener el aire acondicionado en la temperatura ideal, mientras afuera llueve un verano que parece primavera. ¡Este es un detalle que me encanta de vivir en Buenos Aires!
En el living.

5 de febrero de 2011

Las cosas buenas también se cuentan

Para comenzar quiero decir que esta entrada está especialmente dedicada a Mariano, a.k.a Diano Bike. El motivo es que Mariano es argentino y, además, es mi jefe, pero más aún, es mi follower en Twitter (@JoaAnacronica), y por este medio que se mueve tan rápidamente, que es mi compañero de trabajo, que lo tengo siempre encendido en días de semana y por el que hablo cualquier cosa que se me ocurre, veo o siento, al pobre no le ha quedado más remedio que escucharme quejar de todo lo que me parece mal de esta ciudad, o a veces del país.

Buenos Aires es la ciudad que elegí para vivir ahora, fue y sigue siendo mi decisión, nadie me obligó a venir ni a quedarme, mucho menos a tener una vida tan estable como la mía, con trabajo, amigos, maestría, casa y otras cositas. Estoy feliz por eso, pero siendo honestos, el ser humano está siempre insatisfecho, y como no estoy en mi país, pues tengo que quejarme de algo.

Así que, en un increíble esfuerzo por cambiar la perspectiva del día a día, he decidido tomar el ejemplo de Neil Pasricha, el autor de las '3 A's of Awesome', que si no han visto su charla en TED les súper recomiendo que lo hagan. Él tiene un blog que pretende reunir '1000 Awesome things' de la vida y eso le ha permitido cambiar su mirada hacia el lado positivo. Mi objetivo es similar, pero tengo la proposición de que cada día encontraré un detalle que me guste de Buenos Aires con fecha de vencimiento diciembre de 2011. Esto no interrumpirá mis posteos habituales, ni mis elucubraciones, simplemente será una píldora diaria anti malestar porteño.

Esperemos que funcione y tal vez así también ayude a mis otros amigos extranjeros que están pasando por las mismas que yo, a que vean la ciudad desde otro ángulo y a que me ayuden a encontrar estos detalles. Y si ellos no se animan... oh god, help me!

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