28 de junio de 2010

Crónicas Mundialistas - Argentina va a los cuartos!!

Después del partido de ayer tengo poco que decir y más para mostrar. La alegría se contagia, y ahí terminé yo en el obelisco con mi amiga Tucumana cantando y gritando: ¡Vamos, vamos, Argentina, vamos, vamos a ganar, que esta banda quilombera no te deja, no te deja de alentar!... y también esta que es cuando estás en medio del bochinche (entre muchas otras que me estoy aprendiendo): ¡El que no salte es un inglés, el que no salte es un inglés!











Yo ya estoy suponiendo que si Argentina queda campeón de la copa van a declarar el día festivo. Vamos primero a ver el partido contra Alemania este sábado, que ya veo otra cancelada de clases.

Informó para Viajes Anacrónicos, su autora.

22 de junio de 2010

Crónicas mundialistas - Partido 3:30 p.m de Argentina

Hoy jugó Argentina contra Grecia en un encuentro que era esperado que ganara. Yo tenía una clase en la tarde de 4 horas y fue cancelada porque justo coincidía con la hora del partido, así que por esa razón, esta semana tengo 1 hora más de clases de miércoles a sábado.

Hoy vi el partido en un café en Pilar, una pequeña ciudad en la provincia de Buenos Aires. El primer tiempo pasó tranquilo. Mientras conversaba estaba pendiente de alguna jugada o el gol esperado, pero nada pasaba de interesante. Terminado el primer tiempo sin nada espectacular, decidimos mi compañía y yo volver a capital. Esto fue lo que vimos (o más bien no vimos):


En la Ruta 9 que lleva a Pilar casi no había ningún auto, una carretera que por lo general hay muchos transitando o al menos se ve movimiento, pero no había nada. En el peaje todos tenían sus radios encendidas y no habían carros en línea esperando para pagar el pasaje.


En la ciudad, pasar por Cabildo justo después del partido fue también emocionante. Todos los chicos que salían de la escuela iban con sus banderas y sus vuvuzelas al estilo argentino gritando por las calles. Yo hasta compré un gorrito con la bandera albiceleste... ¡sólo por si lo necesito!

Además, quien cantaba los goles era uno de los narradores más conocidos acá en Argentina. Se le siente una pasión y el grito le sale del corazón, del estómago, de cada parte de su cuerpo. Sino, juzguen ustedes con este video del mundial del '86 (guardando las debidas proporciones):



Es que aquí la pasión se siente de verdad, mujeres, niños, señores, todos, todos siente con fuerza un gol de la selección. Es una cosa impresionante. Los siguientes partidos espero vivirlos en medio del "bochinche" y ya les contaré.

Informó para Viajes Anacrónicos, su autora.

21 de junio de 2010

Día gris

La ciudad está fría.
Tan fría, tan gris, tan lenta.
Y así me siento yo, tan lenta, tan gris, tan fría.

Tus manos están lejos.
Tan lejos, tan cálidas, tan limpias.
Y yo las extraño a mi lado, tan limpias, tan cálidas, tan lejos.

Tus labios están quietos.
Tan quietos, tan suaves, tan sinceros.
Y yo los quiero así, tan sinceros, tan suaves, tan quietos.

Tu corazón está en silencio.
Tan callado, tan solo, tan pequeño.
Y yo no sé qué hacer, tan pequeña, tan sola, tan callada.

Extraño el olor a mermelada de tu pelo.
Los besos de buenos días.
Las caricias de buenas noches.

Extraño ver tu corazón en tu sonrisa.
Tocarlo con la mía .
Y sentir que no es pequeño.

En este día gris
En esta ciudad tan fría
En este corazón solitario
Lo único que necesito
Es mi espalda rozando en tu pecho.

17 de junio de 2010

Crónicas mundialistas - Partido 8:30 a.m de Argentina

Lo dicho. Partido Argentina - Corea del Sur a las 8:30 a.m. Mi despertador estaba programado para esa hora, pero los vecinos decidieron reunirse al lado de mi casa, así que mi despertador en realidad fueron los niños con sus trompetas y sus gritos esperando el inicio del partido a las 8:10 a.m.

Yo no soy fanática del fútbol, ni siquiera sé los nombres de ningún jugador a parte de Messi, pero en lugar de meterme en la ducha luego de ser despertada por los chicos, prendí la tele para ver en qué iban mientras el agua calentaba en mi baño (no tengo gas), y ahí me quedé hasta que llegó el medio tiempo. Al fondo el sonido de las trompetas y los gritos. ¡Aguante Argentina, Carajo!= los status más comunes en Facebook y Twitter; ni qué decir de las promesas de los hinchas:
Las promesas

A mí me tocó salir antes de finalizar el partido para ir al trabajo. En la calle no había nadie, pero NADIE. Justo un par de segundos antes de llegar el bondi (bus) a mi parada, Argentina mete el tercer gol. Desde sus casa todos gritaban GOOOOOOOLLL, las chicas que atienden el kiosko/tienda estaban todas vestidas con el uniforme albiceleste, hasta el perro. Un pobre desprevenido quiso comprar algo y la chica le dijo: "a ver esparame ahí que están dando la repetición del gol de Higuaín". Yo también lo hubiera mandado a volar.

Una calle cualquiera

En el bus eran todas mujeres, sólo había un señor mayor y un chico con su novia escuchando el partido con el celular de ella. Parecía que lo habían sacado a regaña dientes. En esas, cuarto gol de Argentina. Desde la calle escuchaba a la gente gritando en sus casas u oficinas. Dos señoras mayores con su radiectio fueron las primeras en cantar el gol. El conductor gritó "¡Bien!" y pitó un par de veces. Todas las chicas sonrieron y el único chico alzó los brazos en señal de victoria.

El bus en el que iba

Justo en esas, una señora subió en el bus y se sentó al lado mío. Yo estaba tomando la foto con mi celular, porque como cosa rara dejé la cámara en casa cuando era más útil.

-Ay sí, ¡vamos Argentina!, ojalá ganemos, este país necesita una alegría -comenzó la señora a charlar conmigo (léase con acento Argentino)- Sí, porque ¿acaso por qué nos tiene que importar que le vaya bien a Corea? este país está lleno de extranjeros. Mi hijo hizo un estudio y ahora hay más extranjeros que argentinos. Nos están invadiendo el país. Está más que bien que Argentina gane el mundial, sí señor. Los chinos, coreanos, paraguayos, ¿qué hacen aquí hinchando las pelotas? Que vayan a ver el mundial a su casa, ya está. ¿Vos que decís?.
Confundida con la incoherencia de su discurso, saqué mi mejor acento costeño y le dije:
 -Ajá, cada quien tiene derecho a vivir y gastar su plata donde quiere, no?
Ella, en medio de la sorpresa (como si acaso yo pareciera argentina), exclamó:
 -Ay querida, ¿y vos de dónde sos?, preguntó con una media sonrisa.
-Colombia, le dije.
-¡Pero qué lindo, es un país hermoso!- dijo ella con cara de vergüenza.
-Ah, ¿fuiste?
-No, no, pero me han contado. Viste, por ahí en la tele uno ve cosas.

Llegó el momento de bajarme y la señora cambió el tema para los políticos: "Sí, porque estos políticos que tenemos lo han regalado todo, nos tienen mal (...). Bueno que Dios te bendiga, que tengas un buen día..". Bajé del bus y fue como si estuviera sola en la ciudad. La avenida Córdoba a las 10:15 a.m no tenía un sólo auto en la calle.

Avenida Córdoba 10:15 a.m

Apenas terminó el encuentro, todos los carros salieron en avalancha, a toda prisa como era de esperar,  tocando la bocina y gritando: Vamos, Vamoooosss! La verdad es que me contagiaron el entusiasmo. Estaba emocionada yo también. Quería ver qué estaba pasando en la cancha. Ya clasificada Argentina a la segunda fase, prometo asistir los partidos. La felicidad ajena se contagia. Sobre todo, prometo ver al papacito de Higuaín, que hasta hoy para mí era figura desconocida, pero tiene un... talento!

El siguiente partido lo veré en la Universidad. ¡Ufa! Les contaré más adelante en las Crónicas Mundialistas. Esto es todo por hoy, informó para Viajes Anacrónicos, su autora.

Pd: la calidad de las fotos no es tan buena por ser de celular. Sorry!

16 de junio de 2010

Anécdota curiosa

Todos me han dicho que vivir un mundial en Argentina será una experiencia única e irrepetible. Con lo fanáticos de fútbol que son aquí y con las esperanzas puestas en la bandera celeste y blanca para llevarse el título de campeón, no me extraña nada que sea así.

Hoy tuve una anécdota curiosa. Estaba esperando mi bus en la parada luego de salir del trabajo, cuando una camioneta paró para esperar a que el semáforo cambiara a luz verde. Una niña, que podría tener 5 años, estaba asomada en la ventana del copiloto, sentada sobre la que supongo era su mamá. Iba vestida con una chaquetica azul con rayas celeste como las del uniforme de los jugadores y al toque de unos segundos comienza a gritar, golpeando la puerta de la camioneta: ¡Vamos, vamos, Argentina! y así siguió, hasta que el auto arrancó y se fue lejos hasta que no la pude escuchar más.

Ahora bien, si una niña tan pequeña lleva esa emoción por dentro, si en el congreso se estudia la posibilidad de poner televisores en las escuelas para evitar que los niños falten, si un profesor de Maestría pide a sus alumnos el favor de ir a la clase, porque llevará un invitado, si mi compañero de trabajo anuncia que llegará tarde los días que juegue Argentina (o en su defecto no irá) y si desde hace dos semanas no se habla de más nada que del mundial, seguramente tiene que ser algo especial. Ya les contaré (aunque yo le doy a Brasil).

14 de junio de 2010

Soñar en Cataratas del Iguazú

No creo que pueda decir muchas cosas de este viaje para que logren sentir lo que yo sentí si no han ido. Fue sencillamente un espectáculo natural fenomenal e increíblemente hermoso. Toda la energía y la electrificante satisfacción de estar presenciando semejante obra de la naturaleza, ¡qué pequeños nos hace sentir al lado de su majestuosidad! El sonido es constante, como si hubiera una cascada de una piscina encendida, pero aumentada al 1000 y si apagarse nunca.

Esta misma belleza natural está dividida en dos países: Argentina y Brasil. Para verlas completas debes pasar por los dos y las sensaciones y vistas son bien diferentes. Para mí, la aventura comenzó con un modesto paseito de tren que nos llevaba hasta el comienzo del camino para descubrir las cataratas por el lado argentino. Ahí todavía no imaginaba el tamaño de lo que vería y menos el impacto que tendría en mí. Bajamos del tren y comenzamos el recorrido desde abajo hacia arriba, es decir, las vi primero desde lejos y luego me fui acercando hasta llegar al inicio de la caída. Habría que ver mi cara de asombro, cual niño pequeño en un supermercado.

Mientras más caminaba y me acercaba, la sensación era más intensa. El clima estaba perfecto. Un sol espectacular y una temperatura de aproximados 20 grados. Los que me conocen saben que con ese clima ya tengo frío, pero como iba caminando y pasaba por las partes de sol, en medio de la selva, no lo sentí tan fuerte. Eso ayudó para disfrutar no solo del ambiente sino de los colores del escenario.

En el lado argentino hubo tres momentos que puedo destacar como mis favoritos. En orden cronológico, el primero fue estar de pie justo al lado de una caída, en donde todo el agua caía sobre mí. Fue revitalizante y además me generó una dicotomía: me sentí pequeña e indefensa, y a la vez llena de poderes y energía.

El segundo momento fue el recorrido en la lancha. Nos llevaron bastante cerca de la caída del agua hasta casi tocarlas. Confieso que me dio un poco de miedo, porque quien controlaba el acercamiento y la lancha no era yo, pero era parte de la adrenalina no saber hasta dónde llegábamos. El tercer momento especial fue presenciar la Garganta del Diablo, sobre todo porque había poca gente y pude estar tranquila viendo la fuerza del agua y el ímpetu con que cae. ¡Cuánta agua!

Ese fue un paseo de todo el día. Al siguiente tocaba el turno para el lado brasilero. Ese lo contratamos con un tour, porque había que presentar los papeles y todo lo demás. Este era más corto, como en 2 horas alcanzabas a recorrerlo todo. La diferencia entre uno y otro es la forma en que vives el mismo espacio. En el argentino estás ahí adentro, lo tocas, lo sientes. En el lado brasilero es como si estuvieras presenciando un espectáculo, lo ves como espectador desde un asiento V.I.P, pero sólo desde este ángulo eres capaz de dimensionar la grandeza de las cataratas. La parte que más me gustó fue en la última pasarela que llevaba bien cerca de la Garganta del Diablo. Fue ahí que me di cuenta de lo pequeña que soy y de lo grande y hermosa que es la naturaleza. A esto debo sumarle un sobrevuelo que me dio toda la dimensión de la longitud de las cataratas y del ecosistema al rededor. Aquí voy poniendo algunas fotos, pero para verlas todas están en mi cuenta de Flickr.

Para mí, ver los dos lados es un complemento perfecto, además el parque brasilero está mucho más bonito y cuidado que el argentino, y ni qué decir de la comida en Foz do Iguaçu, el pueblo brasilero. Exquisita. Este fue uno de esos paseos inolvidables, de esos que quedarán siempre en mi memoria, porque seguro quiero volver, pero nada se compara como la primera vez.

Esta belleza natural está compitiendo para ser seleccionada como una de las 7 maravillas del mundo y hoy tienen el título de las cataratas más largas del mundo. Así que los invito para que vote en: http://www.votecataratas.com e inviten a todo el que conozcan y al que haya ido para que voten. Por lo pronto, yo iré a dormir con la melodía de las cataratas y hasta que el efecto pase, seguro será un sueño tranquilo.



Algunos tips:
  • Para agendar el viaje si vas por primera vez:
    En Buenos Aires, agente de turismo: Marcos Maggiori- marcos_maggiori@hotmail.com
  • Hostel económico y bien equipado:
    Hostel Inn Iguazú
  • Llevar repelente de mosquitos y bichos (tengo un par de ronchas que me pican mucho en los brazos).
  • Llevar zapatos cómodos para caminar. El día del lado argentino llevar un cambio de ropa adicional, porque seguro te vas a mojar.
  • No es necesario contratar la visita guiada para el lado argentino si alguien ya conoce el camino. Son lentos, hay mucha gente y hablan mucho.
  • Evitar el paseo por la jungla en un camión. La guía habla todo el tiempo y no puedes ver ni escuchar nada. Encima repite lo mismo en cuantos idiomas el público hable.
  • Ir acompañado de una persona que le gusten las aventuras ecológicas o al menos que disfrute del espectáculo de mirar.

8 de junio de 2010

Cena en casa... y yo cociné

Por obra del destino, de la magia, del espíritu santo o de Blogger que el otro día me estaba enviando señales, hoy fue la ya acostumbrada cena familiar en mi casa. Cada semana, cada lunes, un miembro de la familia IHOD (International House of Dani) prepara una cena para los otros y compartimos las últimas experiencias, novedades y lo que más me cuesta trabajo: la mejor parte del día... ¡un lunes!

Pues bien, esta noche me ha tocado a mí. ¡A mí que no cocino ni agua hervida! Pregunté algunos consejos, busqué en internet y finalmente la receta: ensalada de albahaca, tomate, aceitunas y rúcula; rollitos de tortilla con jamón y queso cremoso por dentro; papas al horno con nuez y crema. ¿Fácil? fácil para ti que cocinas, para mí no.

Como si fuera poco, cuando comienzo a cocinar pongo la música de mi iPod en random y la primera canción que sale "Girl, you'll be a woman soon", sí, esa que baila Uma en Pulp Fiction. ¿Son más señales acaso las que me llegan?

Después de una hora y media en la cocina, sin hacer más nada (debe ser por eso que no me gusta) estuvo todo bien. El resultado: 5 personas comiendo, sin intoxicarse, sin quejarse y diciendo que estaba rico. Tengo que reconocer que ya todos saben de mis aptitudes culinarias, pero aun así comieron. Al final, la verdad me gustó preparar la comida y que no fuera un desastre. Después de todo, el sabor casero se hereda, el problema es la presentación, la actitud o las ganas.

Así se debía ver:
Infortunadamente todavía hay unas cosas que tengo que ajustar (mucho).

3 de junio de 2010

Días como hoy

Hay días que quisiera tener todas las respuestas de golpe
que desearía estar en casa festejando el cumpleaños de mi mamá
que me gustaría entender cuándo fue que decidí que la distancia y el trabajo me harían mejor persona
que te contaría mis angustias si el ego me lo permitiera
que dejaría de perseguir al tiempo y daría espacio al descanso
que me calmaría con sólo tus palabras

Sucede que hay días que esas palabras no las comprendo
sólo quiero que me dediques un poco de tiempo
que me acompañes
que te quedes en silencio
que me des un abrazo cálido
y que vayas conmigo en el viento

Hay días que quisiera no ser grande para que otro me dijera qué hacer
tener una inagotable fuente de dinero para no pensar más en eso
refugiarme bajo las faldas si hice algo mal
decir Yo no fui, siendo
o esconderme bajo la mesa para que no me encuentre nadie
hasta que cuenten 1, 2, 3 por mí y por todos

Es que hay días...
...días como hoy.

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