4 de noviembre de 2011

Hace calor, ¡es verano!

Acá en Buenos Aires no hay playa. La más cercana queda a 4 hrs de carretera y el agua está siempre fría, así que de caribe no tiene ni el nombre: Mar del Plata. Llega el verano, las chicas salen cuasi en pelota por las calles, los chicos sacan sus looks más alternativos, las pieles bronceadas (de los hombres) son mi deleite visual, hace calor y también hay olores, pero a la gente le gusta el verano, así que se respira buen humor.

Sin embargo, la falta de mar no impide tomar el sol al aire libre. Las chicas salen con sus bikinis a los parques y plazas. Se casi desnudan donde vean una porción de tierra o pasto, están tranquilas tomando mate y sol, y mientras tanto, a 10 metros la vida de la ciudad continua: los autos pasan, pitan [tocan la bocina], los conductores se putean dicen malas palabras, los zombies caminan alrededor... todo parece continuar a su vertiginosa velocidad, mientras el parque es el Ágora que congrega la pasividad. Ahí el ritmo cambia y la transición del tiempo sólo es percibida por la posición del sol que alimenta la piel. ¿Nada mal, eh? Pero después de tener la piel caliente y llena de bronceador, ¿cómo aguantan las ganas de un rico chapuzón en el mar?

Yo todavía no entendí bien, o más bien, me parece raro estar en bikini en el parque, así que no lo he hecho, pero a ellos parece funcionarles muy bien. En todo caso, ya se siente el verano en la ciudad. Cuando llueve no hace frío, es como una estafa, pero es el indicador más apropiado para decir que los bronceados están apunto de ser mi perdición.

Una muestra de que no es mentira que toman el sol en el parque ;)

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