Mi amigo Anturi respondió el post Carta a un Amigo que escribí para él. Aquí está su respuesta.
Querida Flaca guapachosa,
No es por nada pero ese post “Carta a un amigo”, sin duda, ha sido mi favorito desde que tienes este blog. Además, me has dejado meditabundo por mucho tiempo: ¿cómo es ese cuento de tu vecina?, ¿quién le chupaba un huevo a quién?, ¿qué es eso de un huevo?... Complejo de entender, todavía hoy me quedan dudas. Deberías narrar más este tipo de historias, y a lo mejor entonces tengas éxito en tu propósito de contar.
Me agrada que de vez en cuando te provoques por lo que tienes aquí en Colombia. Después de todo no es tan malo, la política apesta en todos lados y gente que no sirve abunda en Argentina y donde quieras que te metas. No es la gente la que llena de magia nuestras vidas, es más la forma como la vivimos. Y a mí enorgullece la forma en que la estás llevando, aunque comas más y sigas igual de flaca, o aún no te hayas acostumbrado al frío —nadie lo hace de buena gana—, o sigas pensando que Mayra habla de más, cuando en realidad ella vive más de lo que habla…
Pero bueno, lo difícil nunca ha sido mirar atrás sino regresar con la mirada hacia adelante. Por eso mi apreciada amiga, ya espero la ilusión de tu regreso. Quizá no vaya a visitarte o de pronto mañana llego por allá a tocarte la puerta, quién sabe. Es fácil imaginarme recorriendo las calles de esa gran ciudad que tantas cosas bellas nos ha dado a toda la cultura latinoamericana, su música, su literatura, su filosofía, su fútbol, su orgullo —hasta que se convierte en prepotencia—, su dulce de leche (qué bien bueno resultó jeje)…
En fin flaca atolondrada, Argentina envejece (también parece que envejece ver televisión, qué cosa loca), ya te ves hecha toda una mujer, la madurez se brota por los poros, así que ve preparándote para perder una apuesta que tenemos pendiente. No todo podía ser dicha. Chismes no hay por acá, sólo rumores no confirmados, y ya sabes que yo sólo hablo certezas. Me preocupa tu interés por el matrimonio, pero gracias a quién sabe quién nadie se ha casado por ahora, así que no te has perdido de ningún pudín de ciruela.
No te discuto que seas mi amiga más bonita, si todavía recuerdo que alardeaba diciendo que tenía una amiga modelo, que a pesar de ser reflaca le decían que era muy “caderona” para ciertos desfiles. Eso de la moda es una cosa muy sofisticada para mí, y calumniadora a veces, porque lo de que tú seas caderona no puede estar más lejos de la verdad.
Y no puedes negarlo, flaca, yo soy el amigo más entretenido que tienes. Si un día no te poposeas de la risa conmigo habrás ganado la apuesta. Mientras tanto por acá te espero cuando sea que vengas, no hay afanes, después de todo cuando nos vemos parece que hubiera pasado un día desde la última vez. Aún así haces falta.
Un abrazo,
Anturi
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