Viajo constantemente a mundos imaginarios, donde mi mente no frena y mis alas no descansan. Viajo constantemente allá, lejos, donde nadie pueda alcanzarme.
9 de mayo de 2011
Música para camaleones*
Cuando salgo del trabajo camino a casa, entre 6 y 7 de la tarde, me encuentro casi siempre con este dúo en el Subte (metro) que interpreta canciones de jazz, blues o bossa. No sé cómo se llaman, no sé quiénes son, ni tampoco de dónde vienen, sólo sé que me gusta verlos tocar, impasibles ante un público que los ignora por la prisa de llegar a cualquier lugar. Son una cápsula de tranquilidad en el medio de una agitada y maloliente línea D.
Si ellos no están, hay un chico que se sienta tranquilo en la esquina tocando una guitarra y cantando para él y los pocos oídos que lo perciben. Él me gusta. Él me causa curiosidad. Él me intimida y por eso solo lo miro de reojo. No le puedo sacar fotos, se daría cuenta que lo estoy mirando. Él me hace sentir como Amélie espiando a Nino.
*Que el nombre sea igual al del libro de Truman Capote no es casualidad.
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1 comentario:
Me encantan tus viajes anacrónicos, me transportan a tantos lugares que quiero volver a recorrer o que quiero conocer!!!
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