Para los que han venido a L.A. o los que han vivido acá, se habrán dado cuenta cómo todo queda lejos de todo. Yo vivo en Santa Monica, donde tengo relativamente cerca lo que necesito, es decir, en un perímetro de 15 cuadras casi puedo encontrar lo que quiero, sin mover el auto. En Buenos Aires, lo tenía todo a la mano en 5 cuadras. Desde una farmacia hasta un carnicero, desde un Correo Argentino, hasta una estación de Policía. Cines, bares, restaurantes (todos mis favoritos estaban ahí cerquita), escuelas, clases de tango, heladerías (el mejor helado es de BA), estaciones de Subte, servicios de buses, de trenes... TODO!! todo lo que necesitaba me quedaba a 'walking distance'. En tres años no necesité un carro, sino para salir de la ciudad -que la verdad, al final se hizo más frecuente el querer salir de ahí-, pero me encantaba saber que si quería cenar pollo, podía cruzar la calle y encontrar al carnicero. O si quería pagar una factura, en la esquina había un Rapi Pago. Es más fácil la vida así. Buenos Aires sería perfecta, sino fuera por todo lo demás que la hace tan frustrante y deprimente. Qué desperdicio... cómo extraño el dulce de leche!
Panqueque con dulce de leche en la Feria de Mataderos (a la que fui como 5 veces!) |
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