Cuando voy por la calle caminando, me encanta pasar por las rutas que tienen grandes árboles y siempre pienso lo bueno que es que existan vistas como éstas en medio de una selva de concreto. Hace más fácil vivirla, pero complica este sentimiento de amor y odio con el que vivo a diario. Me gusta volver a la ciudad y darme cuenta de que la extrañé. Seguro será así cuando me vaya para siempre... Buenos Aires.
Una callecita por Palermo, el barrio donde vivo. |
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