Cuando estoy triste las calles parecen desiertos inmensos que nunca podré cruzar. El movimiento de los árboles es más lento y sólo escucho cantos desolados en el viento. Cuando estoy triste los días son eternos y las horas parecen ir en retroceso; el apetito desaparece, las canciones hablan de amores verdaderos o cariños olvidados y perdidos en el tiempo. Cuando estoy triste me duele la panza, me salen puntos rojos en la cara, se me tapa la nariz y la garganta se me hace nudo si veo fotos de recuerdo; recurro a abrazos más frecuentes y a cariños disfrazados de pechiche.
Cuando estoy triste sólo quiero olvidar las pocas palabras que me alegraban y borrar el nombre que me hacía saltar de emociones. Cuando estoy triste y decido no estarlo, regresa la fuerza a mis manos y proyecto caminos distintos; un paso hacia adelante, una mirada erguida, un pequeño impulso y una decisión tomada.
Cuando estoy triste, como ahora, y sólo yo comparto mi tristeza, es momento de cerrar el libro.
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