29 de septiembre de 2009

Palabra del día

Saudade*

*Esta es la mejor descripción que he encontrado aún siendo de Wikipedia!

Time

Sad cloudy Tuesday 
With no friends and no love 
Looking like no company 
But thinking it will come. 
While I wait 
Rain. 

As rain is falling, I think of you.
I miss the sound of your voice and your accent
And the goodnight kiss in your arms.

I wish i could be where you are
and touch your hair 
while you make me laugh.

I wish i hadn't said good bye 
and held you strong in my arms 
so you couldn't go where you did.

Sad cloudy tuesday 
That makes me feel so far 
and makes me wish bring you back to me.

27 de septiembre de 2009

Mar en Libertador


Justo antes de salir de Buenos Aires experimenté una agradable sensación. Era una hermosa mañana primaveral. El sol estaba reluciente, el viento era tenue y fresco y el clima estaba en sus mejores grados. Debía ir hasta Retiro y cerca de mi casa pasa una línea de tren, así que caminé hasta la estación más próxima que es la Tres de Febrero.

Estaba con buen ánimo y en buen tiempo, así que no tenía prisa para subir al tren, muy poco común en esta ciudad. Los pocos a mi alrededor parecían también disfrutar de la mañana. La brisa era perfecta. Tenía frente a mí una cancha de Polo, por lo que los alrededores están llenos de verdes y floreados árboles. Esa era mi vista. El tren tardaba. Cerré los ojos y de repente lo sentí.

Una sensación similar al estar frente al mar me invadió. Al fondo por la Avenida Libertador estaba el tránsito concurrido pero fluido. El sonido de los autos me sorprendió. Cada quien iba por su camino, pero yo podía escucharlos a todos juntos. Fue increíble. El mar en Libertador. El ritmo era menos melódico, pero igual de constante. Así como el ir y venir de las olas, era el ir y venir de los autos que pasaban a prisa, pero su prisa era mi calma.

Sentir en el tránsito esta armonía no es precisamente la idea de paraíso, pero procura una sensación tan similar que casi podría afirmar que me está empezando a gustar esa ciudad. Mientras tanto, me parece que he llegado al verdadero paraíso. 

26 de septiembre de 2009

Palabra del día

Orgullo

25 de septiembre de 2009

Viaje

Acompañada del atardecer, vuelo.


Palabra del día

Ígneo

24 de septiembre de 2009

Cómo empacar una maleta en tres pasos


1. Ubica dónde está la maleta. Sácala, límpiala, y ábrela sobre la cama.
2. Agarra la ropa del closet y métela en la maleta. Acomódala a los lados si te quedó una montaña. Repite la operación con los zapatos.
3. Cierra la maleta, siéntate sobre ella y cierra la corredera.

No olvides tener en cuenta: las carteras hay que guardarlas en bolsas individuales, el pintalabios se debe llevar en la mano y los perfumes tápalos bien. Si el día anterior tuviste despedida vas a querer llevar unas gafas así viajes de noche.

Lista para viajar.


Palabra del día

Geek

Recomendado

Ayer vi este video y me conmovió y movió todas las fibras de mi ser. Lo comparto con ustedes. A mis papás: Los amo!

http://www.youtube.com/watch?v=ON5F9wbMwCs&feature=player_embedded

Diálogo

-Cuántas veces tienes que irte para poder decirte que no vuelvas más?
- ....

23 de septiembre de 2009

Tarde de Palermo

Anduve la tarde paseando en un mundo de árboles y paisajes. Anduve la tarde recordando palabras mágicas. Anduve la tarde pensando en idiomas y anduve pensando en ti. Una caricia del viento me trajo de vuelta tu sonrisa y yo le encargué que te llevara un par de besos en la mejilla. 



Foto tomada por mí, sin ningún efecto de cámara o photoshop.

Palabra del día

Mojón

22 de septiembre de 2009

Amo esta ciudad

Amo caminar por esta ciudad escuchando la optimista melodía del vals de Amelié. Lo amo porque me libera, me extrae, me hace ver borrosas las calles llenas de caos, los zombis que pasean sin sentido de un lugar a otro, la inercia de sujetos que no viven, las caras de mal humor y mal olor, la prisa en el andar, la ignorancia ignorada, los niños sin niñez, los perros sin hogar, las palomas sin refugio, la falta de creatividad, la abundancia de pesimismo y la ausencia de ti.

Amo caminar cuando no llueve y hay sol o cuando llueve y no hace frío. Amo ver el color de los árboles y su suave movimiento. Amo ver los pajaritos llegando a su nido y amaría escuchar su canto. Amo ver nubes en el cielo y amaría la noche si tuviera estrellas.

Amo caminar y no tener que oler el humo de cigarro del caminante en frente mío. Amo poder detenerme en mitad de la calle para admirar y no ser empujada e insultada. Amo ver cuando las hojas caen y tocan el suelo. Amo sentir la brisa que despeina mi cabello y juguetea entre mis dedos. Amo sonreír y encontrar una mirada cómplice en el camino. Amo saltar y no caer sobre alguien. Amo abrir los brazos y no golpear a nadie.

Amo esta ciudad cuando escucho Amelié, porque siento el lado positivo que la ciudad aún no ha descubierto. Amo esta ciudad cuando no es ella y sólo cuando estoy con Amelié. 

Palabra del día

Teoracto

21 de septiembre de 2009

Páginas de un diario ajeno

Mi amigo un día escribió ésta ópera prima y la quiero compartir. Obvio, porque está hablando de mí! XD

"Querido diario, hoy ha sido mi primer día sin Joa, al principio parecía todo normal, las cosas en su lugar, el frío del aire acondicionado, la calma de los compañeros autistas, los comentarios sin sentido de algunos vecinos. De repente, luego de estar sentado por 1 hora, haber comido mis sanduchitos, me levanté diciendo: Joa has hablado con.... Pero ella ya no estaba ahí, su silla giraba inerte en cámara lenta al ritmo que parpadeaban mis ojos, luego noté que el movimiento era a causa de la fuerte corriente de aire de la que siempre se quejó. Por qué no hice nada para cubrir esa ráfaga fría que tanto mal le hacía? se cansó de decírmelo y nunca comprendí... Hoy me abrazo a la silla y busco algún indicio de ella, algo a lo que me pueda aferrar, encontré algunos cabellos largos en el espaldar de la silla pero no me pareció adecuado aferrarme a ellos, dirán: -el comunicador perdió la razón-. Me alivia pensar que a partir de su ADN capilar pueda reproducirla en alguna años, sacar copias al estilo bender. Me inquieta saber si quedará igual. También pensé en que Digi imprimiera tres dummies –tamaño real tipo REX- con sus movimientos particulares, me asustó que quizás Liliana no entendiera lo que realmente necesitaba; quería recrear aquellos gestos sin igual que llevo grabados y que no logro apartar! Calma comunicador, aún hay mucho que informar. Ahora mi boca no para de cantar aquella melodía que juntos compusimos, iniciaba con un allegro piano-piano y finalizaba con un adagio andante, yo al violín y ella en la guacharaca que con tanta destreza interpretaba -comunicaciones, nos gusta comunicar- una corta letra pero con tanto sentido, capaz de conmover al más melómano, era nuestra melodía, la suya... Nunca se lo dije pero la compuse inspirado en ella en una noche de bochorno cartagenero cuando dormí sin aire porque se había ido la luz en todo el barrio... Volverá ella? No sé,” “nadie sabe al día siguiente lo que hará, decía Pablo”

Por: Andrés Gómez, el Comunicador.

Arriesgada actividad

En esta inundación "brutal" es peligroso ser "periodista"

Palabra del día

Heteróclito

Diálogo

- Dónde estás?... Longe
- y Tú?... Aquí
- Quieres volver?... No
...
- Todavía me quieres?... No lo sé
- Quieres que esp...
- Por qué no te callas?

Desde la ventana

Tres de la mañana. Sigo escribiendo en mi computador acompañada de las voces de jóvenes inoficiosos que a esta hora siguen en la calle un día domingo. De repente, despierto de mi elucubración mental y me doy cuenta que algo pasa. Escucho ruidos que dejan de ser normales. Las voces se vuelven gritos; un aullido femenino interrumpe cualquier pensamiento anterior y afino mi oído para escuchar mejor. En la distancia: más gritos, voces discutiendo, una botella rota, un grito femenino que decía algo como “ya dejalo, no pasa nada che!” (léase la palabra dejalo sin tilde), más voces incrementando su sonoridad, otra botella rota. Ahí mi curiosidad no dudó en no perderse el espectáculo y de un solo brinco ya estaba en el balcón. ¡Trash! Otra botella rota.
¿Pero qué pasa?, me pregunto desprevenida. Con una temperatura rondando los 15° un par de chicos se empujan en medio del boulevard. Unos se quitan la camisa y casi hasta el pantalón para empezar la pelea. Otros sólo se despojan de la chaqueta y unos cuantos, los más cobardes (o los más astutos) sólo hacen amague, pero todos se creen grandes.
“¡Sos un negro! ¡Callate cheto de mierda! ¡No tienes plata, vete para Palermo puto!”... ¿Cómo? ¿Escuché bien? ¿Palermo? Yo estoy en un balcón de un barrio medio pupy y medio nuevo llamado Las Cañitas, pero Palermo es el barrio que está al lado y hasta donde tengo entendido es uno de los buenos de la ciudad. Entonces, ¿que se devuelva a Palermo? ¿Querrá decir que camine tres cuadras a la derecha?
Yo sigo viendo el espectáculo de “la banda” o de los bandos podría ser, porque parecían dos grupo enfrentándose. Miro a mi derecha y dos vecinos (unos señores) también están asomados al balcón. Tengo dos teorías para que estos personajes estuvieran ahí: la primera que estaban despiertos viendo la tele hasta tarde porque sufren de insomnio; la segunda y más real, que son los propios chismosos que no se quieren perder un baile. Pues el teléfono en la mano de mi vecino y la llamada que parecía a la policía confirmaron mi segunda teoría.
Mientras tanto, el grupo de 20 babosos se volvió de 50, 60, 70… no sé de dónde salían o se reproducían. De todas las esquinas llegaba alguien corriendo con el puño en alto listo para darle en la cara de alguien, el que fuera. Los que rompieron las botellas las dejaron en el piso, era sólo para asustar. Muchas voces sonaban al unísono… está bien, al unísono es exagerar, más bien formaban un barullo sinfónico que deleitaba mi morbo social.
Desde un décimo piso y un amplio balcón se puede tener un buen panorama de lo que acontece. Debo admitir que siempre me gustaron las peleas de barrio. Cada vez que se formaba alguna conmigo cerca yo gritaba “No seas bobo, no pelees, viene la tomba después..!”, pero por dentro estaba emocionada y me quedaba cerca para ver cómo los chicos se hacían grandes. Eso en un sentido poético, porque mientras más amagues y puños mal pegados hacían, más me daba cuenta de la “boludez” juvenil. Igual, no impedía que me deleitara con un par de estupideces. Mal, mal, lo sé.
Como en todo disturbio, llegó la poli. No recuerdo cómo le llaman aquí, pero se bajó un Macho Man de su carro y comenzó a insultar a los “pelaos”. De pronto, otros más llegaron a su ayuda y también intentaron establecer el orden. Lo lograron. Los bandos se fueron dividiendo, no sin unos puños por ahí y por allá y algunos insultos atravesados. Alcancé ver hasta niños de unos 12 años corriendo de susto hacia sus casas. Claro, cuando hay ley nadie es grande.
El barullo se disipó y con eso mi despertada emoción. Los vecinos volvieron a entrar. Estoy segura que tenían el teléfono en la mano y las orejas bien paradas. Yo volví a mi computador a intentar terminar lo que estaba haciendo, pero sin éxito.
Quedé tan entusiasmada con el evento que me hizo preguntarme. ¿Qué piensan los jóvenes hoy en día? Digo, obviamente no es que yo sea vieja, pero nunca entendí esas peleas. Al menos antes peleaban por insultar a una chica o por ofender a la familia, pero ¿y ahora? ¿Porque uno come pirulito y el otro bom bom búm o porque uno vive en Palermo y el otro en Las Cañitas? ¡Qué banal! ¡Qué sin sentido! Cada vez entiendo menos y tengo más preguntas.
Creo que a veces me gustaría dejar de ver las cosas desde la ventana y salir a la calle. Tocar la espalda en uno de los chicos y entrar en sus pensamientos. Ver desde sus ojos, escuchar desde sus oídos, sentir desde sus manos. Tengo un poco de miedo de caer en un precipicio, sabes, saltar y encontrar un vacío (un vacío mental), porque eso no sólo es el futuro, es también el presente, el presente que nosotros mismos hemos venido forjando y vaya mundo que vamos a formar con ejemplos como estos.
Cuatro y dos de la mañana. Regresaron los chicos. Todavía andan en la calle haciendo disturbios y despertando vecinos, y yo me pregunto ¿Dónde están los padres? ¿Dónde está el orden, la ley, las normas? Oh Dios! Creo que padezco de envejecimiento prematuro.

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