Julián es un chico hiperactivo. Le gusta hablar, saludar, es cordial y amable, y aunque lo vi poco tiempo, me pareció una persona feliz. Lleva muchos años tocando en el subte B y dice que a veces se va 'de gira' a la línea D, que es donde lo conocí. No sé cómo comenzó, pero imagino que después de tanto tiempo lo sigue haciendo porque le gusta.
Eran las ocho y media de la noche. Yo salía tarde del trabajo y solo quería llegar a mi casa y comer. El mal humor me acariciaba el pelo. Me senté en una banca a esperar impaciente el subte. Julián apareció sonriente detrás de una escalera con su violín y su amplificador. Llevaba el instrumento en una mano y con la otra acomodaba sus rulos detrás de las orejas. Había un espacio a mi lado y se sentó. Cuando lo vi me acordé de ese comercial de Nextel: Do Re Prip, que hace tiempo compartí en Facebook por lo lindo que fue.
―Hola! ―me dijo.
―Hola ―sonreí― disculpa, tú eres el que salió en ese..
―¿En Do Re Prip? sí, soy yo ―y me mostró una gran sonrisa de oreja a oreja.
―¡Ay que bacano! Esa iniciativa me gustó un montón! ¿cómo fue la experiencia?
―No, maginate, fue buenísimo. Yo nunca había montado en avión y de repente me monté 5 veces en un día!
―Y en avión privado que no es lo mismo! ―bromeé.
―Naaah y además con tu foto ploteada en el avión... No, no sabés, fue increíble. Nos pagaron a cada uno, nos trataron re bien, viajamos, tocamos, nos divertimos mucho.
―Sí, me imagino la experiencia. ¿Y cómo llegaste ahí?
Julián |
―De Colombia.
―¡Ah mirá! ¿y qué haces acá? ―me preguntó y me miró muy atento para saber la respuesta.
―Pues estaba estudiando y ahora sigo trabajando.
―Ah y te gusta, ¿te vas a quedar?
Hice cara de pregunta y sólo contesté un: ..y... no sé
―¿Cómo te llamás?
―Joanna
―Bueno Joanna ―beso en la mejilla, sonrisa feliz―, gracias por la buena onda.
―¡No por favor! ¡gracias a ti por la música!
El tren llegaba y había que subir. Julián agarró sus pertenencias y se despidió de mí para entrar en un vagón. Lo divertido es que subimos al mismo por diferentes puertas, así que pude escuchar un poco de su música. Tenía la misma camisa que en el video y también la misma energía. Interpretó dos temas, recibió sus aplausos, unos cuantos parecían reconocerlo de algún lado, pasó la gorra por entre la gente y cuando llegó a mí se detuvo:
―Joanna gracias por la charla y la buena onda otra vez. Escribime: tocoeneventos@gmail.com y estamos en contacto. Chao, chao!
Yo no sabía mucho qué decir. Te agarra desprevenido cuando te encuentras en esta ciudad con tanta buena energía en una sola persona. Ese es uno de los motivos por el que todavía Buenos Aires se pelea entre el amor y el odio para mí. Como dicen aquí: ¡aguanten los músicos de la calle y larga vida para ellos!
6 comentarios:
hey que historia tan chevere seguidor tuyo forever jajajaja siga escribiendo asi de chevere bollito!!!!
Daniii!! gracias por tu mensajito, qué lindoooo!!! :DD
Hermosísima la historia de estos chicos, no me he cruzado con ninguno pero es motivadora. Y sí, hay mucha gente con buena onda, pasa que a veces resalta lo negativo! pero gente buena hay, y mucha más de la que puedas creer :)
Muy linda historia! Julián dejó en cada uno de nosotros (los viajeros) un recuerdo importante. Lamentablemente ayer nos dejó físicamente, hoy seguro estará tocando en los oscuros tuneles de la linea B.
Saludos!
Grosa esa campaña de Nextel!!! y que grande el Flaco, muy buen post!!!!
:O Nooo!!
Qué noticias más triste la que me has dado. Por lo menos su historia está contada y sé que tocó a muchos no sólo con su música, sino con su alegría y energía. Qué triste pensar que su sonrisa ya no estará más aquí. Cuando yo muera también quiero que una persona con la que hablé por 15 minutos se encierre a llorar en el baño. Triste :'(
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