En una escapada breve, pero sustancial, fui a conocer Mendoza, una región argentina que limita con Chile y es la cuna (o al menos la principal) productora de vinos del país. Aprovechando el viernes festivo en Argentina, salí en un autobus hacia mi destino el jueves por la noche. Después de unas cuantas horas de carretera, desperté con la vista de los Andes al fondo. Paisaje desértico, montañas con poca nieve en su pico, clima frío y un poco húmedo, olor a naturaleza y aire fresco, espacios abiertos, y un ritmo más pausado y tranquilo que en Capital.
Alquilamos unas bicicletas y fuimos a las bodegas. Después de un kilómetro yo estaba ya con la lengua afuera. En las bodegas tomamos vinos ricos, pero después del segundo no aprendí nada más. Los árboles eran grandes y con un color ocre que combinaba muy bien con el azul intenso del cielo y el amarillo naranja del atardecer. Cuando el sol comenzaba a caer, el asfalto se pintaba de lila y todo el cielo se tornaba a tonos rosas y morados. Las bodegas quedan a las afueras de Mendoza capital, en un pueblito llamado Maipú.
El paseo de los Andes es otro plan imperdible de la zona. Subir hasta la montaña sólo para ver el paisaje ya vale la pena. Cuando fui no había caído suficiente nieve, así que no se podía esquiar, pero tenía una hermosa vista de las montañas desiertas y de piedras, con la vista parcial de la cordillera de fondo y los picos de nieve. A lo largo del camino nos acompañó la antigua vía ferroviaria que llevaba hace muchos años hasta Chile. Aún hoy se pueden ver los restos de la estructura, que llaman mucho la atención en el paisaje y además se nota que fue una obra de avanzada en la época. Viajar en ese tren hacia Chile debía ser un paseo absolutamente hermoso. Además, puedes ver la Aconcagua, que, si no me equivoco, es una de las montañas más altas de LA con 7 mil metros de altura y un destino para los montañistas muy apetecido.
Llegamos hasta el Puente del Inca, una formación rocosa natural donde, cuenta la leyenda, llegó el heredero del imperio Inca desde Perú para ser curado por las aguas termales de su extraña enfermedad. Cuando la comitiva de guerreros llegó al lugar, notaron que las aguas estaban al otro lado del río, por lo cual el emperador pidió al dios Sol - Inti- y a la luna - Mama Quilla - que los ayudara. Los dioses recibieron sus plegarias y al día siguiente encontraron un puente formado por piedras que traían los pájaros en sus picos. De esta historia hay un montón de versiones, obvio, pero esta fue la que el guía nos contó. Hasta el Cristo Redentor no pudimos subir, porque ahí si estaba cubierto de nieve y era peligroso.
Este es otro destino recomendado en Argentina. En realidad, me he dado cuenta que los pocos lugares que conozco: Mar del Plata, Misiones: Iguazú, Pinamar y Mendoza, son paisajes y experiencias distintas una de la otra y han estado todos fantásticos, tanto por la compañía, como por el lugar.
3 comentarios:
buenas fotos pero muy pequeñas :S y vincúlalas a flickr para que la gente vea las demás que tomaste.
>se le envidia haber admirado tal paisaje :P
Jejej gracuas Juls!
El enlace que dice Mendoza está vinculado a las fotos de Flickr!
Un beso!
si, pero no le paré bola jaja...
mejor si posteas fotos como las de arriba, mejor ponerlas para que la gente las pueda ampliar ya sea en flickr o de donde son originalmente :P
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