He intentado capturar el otoño con mil intentos fracasados. El olor de la ciudad, las hojas que caen bailando en el aire, el color de las calles, el contraste del ocre y amarillo con el azul intenso del cielo o los hermosos e imprevistos atardeceres, el sonido que las hojas entonan mientras juguetean con el viento, que a veces parecen pasos por detrás de ti, o incluso la melodía de los árboles aún florecidos. Es que hasta el olor a lluvia y las calles humedecidas hacen un buen conjunto con la época.
Mi cámara no alcanza a registrar tanta belleza, las hojas que aún guardo en mi cuarto, metidas en una caja de canilleras que me regaló el niño futbolista, ya están perdiendo su esencia y su color, mi tarrito de nutella vacío no guarda los olores (¡pero sí que me da un antojo de nutella bárbaro!), ni siquiera puedo hacer que el videito casero registre mejor el sonido de las hojas que el ruido de la calle. ¿Cómo hago para vivir siempre en otoño? o al menos ¿cómo hago para capturar su esencia para poder rociarme de ella cada tanto que lo necesite?
2 comentarios:
Una hermosa fotografía, llena de sensibilidad y ternura. El manejo de la luz y los colores habla de una fotógrafa que ya ha evolucionado!!!!Digna hija de su madre, dice la orgullosa mamá...jajaja
Gracias ma, tus palabras son siempre importantes para mi! :)
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