Siento no haber escrito antes, pero necesitaba tiempo para organizar mis ideas, mis sentimientos y mis metas. Por eso, haciendo la respectiva revisión anual sobre el año que pasó y los retos para el siguiente, puedo decir con mucha certeza, que el 2009 fue en año de suma importancia para mi corta existencia y no sólo para mi vida personal.
Viajar trae, sin duda, fuertes experiencias y emociones, y en los que hice este año aprendí más de mí misma y de los que me rodean, me ilustré culturalmente y analicé otras formas de vida, e importante también, conocí gente muy especial, que muchos siguen ahora siendo parte importante de mí, y a los que planeo conservar por más tiempo. Otros, por el contrario, fueron solo una placentera compañía temporal que disfruté en su momento, pero que es hora ya de seguir sin ellos. Por supuesto, están aquellos reencuentros que te gustan, pero que dejan la sensación que hiciste bien en haberte ido. Sin embargo, todos cumplieron un rol protagonista que me convierte en el personaje que soy hoy.
Lo más difícil fue (y sigue siendo) estar lejos de mi familia, de mi casa y de mi comida favorita. Escuchar la voz de un pequeñito, que no verás por mucho tiempo, al otro lado de la línea, es aplastante. Y así, mejor no menciono lo demás.
El 2009 en perspectiva fue un muy buen año, incluyó desde amor hasta aventuras, desde risas hasta lágrimas, desde felicidad hasta dolor… y ahora me preparo para el 2010, desechando lo que no sirve y abriendo mi mente para todo lo que he de vivir.
“Chega de Saudade” y bienvenido 2010, no te estoy esperando, ¡voy por ti!
Ésta es mi foto resumen: lo hice, hice todo lo que quise.
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